martes

Lejana

Por alguna extraña razón perteneces a mi tesoro querido

Permaneces en mis visiones, entonas susurros que se rebelan al viento

Sujetas la cuerda que ata mi conciencia a la razón de mi humanidad

Encadenas cada una de las oraciones en mis sentimientos.


Tu música empieza con tonos tristes, enfrenta acordes vanos

La miel, que encuentro en tus ojos, es suficiente para doblegar mi sed

Ansío una batalla en tus labios, fundir el cobre de tu plegaria

Rodear tu cuerpo con un cálido anhelo, conquistar tu suspiro.


Eres el inicio de mi travesía, el frailejón que invita al páramo

La perdición, el estigma que debo vencer, la canción mustia

En cada latido del alma subyugada, tu ser reza mi pasión

Palabras que caen a tus pies al ser tocadas por tu mirada.


Por alguna extraña razón vives en mi mañana soleada

Tu piel se congela cuando intento alcanzarla

Mitigas las letras del verso que vuela bajo tu oído

Me das la esperanza de seguir contemplando tu capricho.

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