Ahora quiero hablarte en voz baja,
entrar al tunel que se ha vuelto mi vida
desencadenar la emoción en un relampago
enfrentarme a tu antigua claridad de páramo.
Quiero tomar tu mano, sentir como tu mirada me atraviesa
y esperar aquel instante eterno que me permita hablarte
para brindar contigo la alegría del cielo profundo.
Hoy quiero empezar a caminar contigo para siempre
evitando los espacios insonoros de la soledad
y regalarte todos mis pasos, mis nubes, mi tristeza.
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