viernes

Renunciación

En silencio, con la penumbra de compañera,
te miro con tristeza.

Miro en tus ojos infinitos un resplandor de lluvia.
Tus labios, que siempre desee, ya no guardan mi nombre.

Lejana, tu risa se desvanece en una tarde de letargo,
tus letras se ríen del tiempo, de nuestra distancia.

En mi ser no cabe robar otro destello de mirada cómplice,
ni promulga otra conversación contigo, acerca de todo y nada.

Nuestras escencias se despiden candorosas,
víctimas de una hermandad en el recuerdo.

No hay comentarios: