domingo

Quito, desconsuelo

La muerte del tiempo vuelve. Aquellas tardes ociosas, que se guardan en un cajón.
El viento sonríe, cómplice de un ardid de amor.

Un tono bajo y una voz amarga, compás triste.
Golpear, incesante, hasta perturbar tu alma.

Medio viaje, media vida. Media moneda para comprar tu mirada.
El corazón, cansado, tomas tus sobras. Feliz carroñero de tus mijagas.

Locura... Silencio... Ciudad sin equilibrio, ni dios. Profano andar.
El tiempo vuelve a morir.

Y aún así.. desapareces. Tarde gris, habla de frases de nada,
de un amor profundo, que fué y ya no es.

Un cielo donde no se puede volar, amigos a los que no se abraza,
soledad que no se degusta.

Amar, para cantar. Cantar para vivir. Vivir para sentir. Sentir morir.

No hay comentarios: